domingo, 31 de agosto de 2008

Huesito

Sí, ya se...

Seré un nostalgico de mierda, pero extraño el huesito de la buena suerte...

Que pasó con los pollos? ya no lo traen más? Era solo cosa de comer con los padres?
Hasta nos hemos peleado por quienes los rompian...

P.


Internet: TODO

Hasta encontre una empresa que fabrica huesitos de plastico y LOS VENDE!!! (en USA obvio)
http://www.luckybreakwishbone.com

Otra data:

Cuando el pollo no era un platillo común y sólo se servía en ocasiones especiales, quebrar el "huesito de la suerte" representaba todo un acontecimiento. La suerte comenzaba cuando una persona encontraba en su ración el huesito y escogía a uno de los comensales para quebrarlo. Quien se quedaba con la parte más larga pedía un deseo, el cual, según la creencia, se cumpliría.

La costumbre de partir "huesitos de la suerte" se remonta cientos de años atrás. Los estudiosos afirman que tal práctica se llevaba a cabo siglos antes de Cristo. Los pueblos antiguos veneraban a los gallos porque anunciaban el nuevo día y a las gallinas porque daban huevos.

En el siglo IV a.C., los etruscos de Italia central sacrificaban aves para invocar a uno de sus dioses y poder así predecir el futuro o resolver problemas. El hueso ahorquillado del pecho de las aves, la espoleta, se dejaba secar al sol. Más tarde, dos personas lo quebraban, exactamente como lo hacemos ahora, y quien se quedaba con la parte más grande formulaba un deseo. Los romanos adoptaron la costumbre, llevándola a diversas partes de Europa.

lunes, 18 de agosto de 2008

Europa 2

Atenas
Paris (obvio no?)

España "Una Rosa"

Brujas "Turistas bajo el agua"

miércoles, 13 de agosto de 2008

El Tiempo

Ya hace 6 meses que me fuí a vivir solo solo.

Ayer, después de varias veces de posponerlo, tomé valor y me enfrenté a mi pasado.
Mi ex cuarto todavía estaba lleno de cosas mias (muchas, muchiiisimas)
La nostalgia me superó.
Aún no pude tirar nada. Hoy trataré de terminar.

Al llegar a mi casa recordé algo que escribió el grosso de mi hermano sobre la nostalgia. Lo busqué. Aquí está:

El Tiempo

A veces llueve, y uno dice que hay mal tiempo.

Y al mal tiempo, dice uno también, buena cara.

Pero el tiempo también son los minutos, las horas, los años.

Y ese tiempo, el del reloj, también puede ser malo, y es más difícil poner buena cara.

El tiempo, dice la canción, pasa.

Y, también dice la canción, nos vamos poniendo viejos.

Lo cual es verdad, pero es bueno decirlo.

Y saberlo.

Por eso lo repito: el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos.

Cada minuto que pasa, más dolores se acumulan y menos ilusiones quedan.

Cada minuto estamos más cerca del final, los objetos que nos rodean comienzan a tener valor sólo por lo que nos recuerdan.

Papeles, fotos, ropa, libros, música.

Todo nos remite a algo.

Cada objeto es un momento de la historia.

De nuestra pequeña historia.

La nostalgia, el deseo doloroso por regresar, esa palabra inventada por un hombre que sintió la nostalgia, no el primero, pero si el primero que necesitó ponerle nombre.

Los dolores que no son del cuerpo, no tienen nombre.

Dolor por la muerte de alguien, dolor por el amor perdido, dolor por el fracaso.

Los dolores no tienen nombre, pero este hombre, Johannes Hofer, sintió tanto dolor, sintió una añoranza tan fuerte y dolorosa por el pasado, que supo que ese dolor merecía un nombre.

Y así juntó nóstos, palabra griega que significa “regreso” y álgos, que significa “dolor”.

Son palabras griegas, que nadie necesitó juntar, combinar para formar otra, cargada de significado.

Johannes Hofer, un nostálgico, el primero en ser denominado así, seguramente sufrió gran parte de su vida.

Por eso inventó la palabra.

Todos estamos más tranquilos si lo que nos pasa tiene nombre. Sabemos de ese modo que no somos los únicos. Nos sentimos protegidos por un término que describe en algunas letras todo nuestro estado.

Bueno, como decía, el tiempo puede ser el clima, y también puede ser la vida, y cuando digo mal tiempo, me refiero a la lluvia, pero también a la nostalgia.

Leonardo S.

martes, 5 de agosto de 2008

Una noche más

Una sábado más, casi las mismas palabras:

- Hacemos pijama party hoy?
- Y cómo vendría a ser?
- Necesito dormir abrazada.
- Ok. Dale.